Este 1 de marzo arrancan oficialmente las campañas del proceso electoral federal, aunque llevamos muchos meses con este tema acaparando la cobertura mediática, pues el proceso empezó de forma no oficial desde muy temprano en 2023. Esto tiene varias implicaciones, pero una de las más destacadas es la saturación de encuestas que veremos en los próximos meses. En esta ocasión, explicamos cómo se elaboran los escenarios de votación, para entender mejor cómo leer los resultados de las decenas de encuestas que nos encontraremos publicadas a partir de ahora y hasta que llegue el tan esperado 2 de junio.
Analicemos los resultados de una encuesta para la Presidencia. Empezamos con lo que llamamos “intención de voto natural”, que muestra las preferencias de las personas cuando se les pregunta por cuál de las candidatas o candidato votarían. En este caso, tenemos que 52.9% respondieron que votarían por Claudia Sheinbaum (Morena-PT-PVEM), 11.8% por Xóchitl Gálvez (PAN-PRI-PRD), 4.9% por Jorge Álvarez Máynez (MC); sin embargo, tenemos a 30.4% que no respondieron: 8.7% no dijeron por quién votarían y 21.7% de plano se rehusaron a responder la encuesta (tasa de rechazo).
¿Qué se hace con ese porcentaje de no respuesta? Además de mostrarlo tal cual, se puede usar para construir escenarios de votación y asignar ese porcentaje a los diferentes candidatos, en función de las respuestas que dieron en el cuestionario. Aunque los encuestados no hayan declarado abiertamente que votarían por una candidata o candidato, es posible inferir sus preferencias a partir de otras preguntas como si simpatizan con el Presidente o no, si aprueban o desaprueban al gobierno, entre otras. Con esta información, tenemos un escenario donde 61.6% votaría por Claudia Sheinbaum, 22.3% por Xóchitl Gálvez y 16.1% por Jorge Álvarez.
En la encuesta que estamos analizando se incluye una pregunta para saber qué tan probable es que las personas vayan a votar el 2 de junio. Encontramos que 4 de cada 10 personas dicen que su intención de acudir a las urnas es “muy alta”; una de cada 4 dice que es “alta”; 18.7% respondió que es “media”; 11.1% dijo que “baja”; 1.5% responidió que es “muy baja”. Con esta información podemos construir otro escenario donde se asigna la no respuesta o rechazos, tomando en cuenta sólo a quienes contestaron que tenían mucho interés de ir a votar (68.7% de la muestra). Con esta nueva asignación, tenemos que la intención de voto para Claudia Sheinbaum disminuye a 55.1%, la de Xóchitl Gálvez aumenta a 38.5% y la de Jorge Álvarez se reduce a 6.4%.
Como podemos ver, los datos de las encuestas están sujetos a interpretación y la información que se publica tiene una metodología detrás que permite mostrar los resultados de distintas formas. Considerando que en las próximas semanas veremos por todos lados encuestas, creemos que es importante que como electores tengamos más elementos para emitir un voto libre e informado. Nos parece relevante que el público conozca más de estas herramientas, que aprenda a leerlas e interpretarlas, además de que pueda distinguir las que están hechas seriamente con metodología rigurosa, de las que se usan como propaganda en esta época de campañas.
¿Ya saben por quién van a votar? 🗳️
Ayer en @adn40 platiqué sobre algunos escenarios de votación basados en encuestas electorales.
Vean a quién favorecen los números en esta ocasión 📊 ¿qué opinan? 👇@BravoLucy @researchlandof #encuestas #elecciones2024 #eleccionesmexico… pic.twitter.com/Dl1ffT1kIc— Pablo Levy (@YoPabloLevy) March 1, 2024