Entre 1985 y 2000, las 75 gubernaturas ganadas con un sólo partido respaldando a un candidato representan casi 80%, Mientras que, sólo 19 (20.2%) fueron a través de alianzas. Al avanzar el milenio, el panorama ha cambiado. Ahora es casi imposible ganar una gubernatura si no es con una alianza, ya que desde entonces 113 (81.1%) de las 136 obtenidas han sido uniendo fuerzas.
Antes del año 2000, la norma general era que los partidos participaran de manera individual en cada elección. La razón, sólo había una fuerza política dominante como el PRI y las distancias eran tan amplias que no había necesidad de recurrir a la unión opositora.
Aún así, las diferencias de las típicas victorias priístas se fueron reduciendo desde 1985. Sin embargo, a pesar de que un partido opositor (PAN) ganó por primera ocasión una gubernatura en 1989 (Baja California), la unión entre partidos no se contemplaba como algo natural.
Nace una nueva estrategia
Entre 1985 y el año 2000, hubo 94 elecciones por las diferentes entidades federativas del país. Pero sólo 19 (20.2%) de los triunfos fueron con una alianza. Incluso, 13 de ellas (68.4%) involucraron al PRI y en su mayoría a sus dos partidos satélite, PARM y PPS, fuerzas políticas que simulaban ser de oposición.
En el 2000, varias gubernaturas ya tenían colores distintos al PRI, como el PAN y el PRD.
Pocos se arriesgan
El panorama ha cambiado drásticamente a partir del nuevo milenio, puesto que en casos muy contados (23 de 136: 16.9%) y específicos las gubernaturas han sido ganadas con sólo un partido como en algunas elecciones de Aguascalientes, Jalisco, Guerrero, Chihuahua en donde los pronósticos eran algo más que obvios.
Las alianzas son la orden del día y en el caso de Morena, partido convertido en la primera fuerza, se puede observar claramente la tendencia, debido a que de las 29 gubernaturas que ha ganado, 28 han sido con alianzas. La única que no presentó a otros partidos fue en 2021 por la gubernatura de Guerrero.
La clara tendencia de que un partido por su cuenta no lograría ganar una elección también mueve a pensar si es necesario que haya tantos partidos en contienda. Incluso, si no fueran en alianza con partido de mayor arrastre ¿cuántos ya no tendrían su registro tanto a nivel nacional como local?