En el cierre de la Convención Nacional Demócrata, Kamala Harris aceptó la nominación de su partido convirtiéndose de manera oficial en la candidata demócrata para la presidencia de los Estados Unidos. Mientras Harris se compromete a ganar la elección, los agregadores de encuestas respaldan el apoyo de los votantes posicionándola al frente de la contienda con una diferencia de 1.5 a 3.6 por ciento sobre Donald Trump.
Tres agregadores de encuestas nacionales en Estados Unidos (RealClearPolitics, FiveThirtyEight, The Hill), muestran una tendencia favorable para la candidata demócrata. En la muestra de RealClear, Kamala Harris obtiene 48.4% de las preferencias contra 46.9% de Donald Trump.
A comparación con el promedio de encuestas de FiveThirtyEight, la ventaja de Harris es menor, pues esta última coloca a la demócrata con 47.2% frente a 43.6% del republicano. Mientras que, el agregado del diario The Hill, posiciona a Kamala Harris con 49.5% sobre 45.9% de Trump.
Cabe señalar que estas encuestas toman en cuenta la intención de voto popular, no el voto electoral. Es necesario esta reparación ya que, según la normativa electoral en EE.UU. el resultado final se determina a partir de los votos electorales, no el popular.
En ese sentido, los resultados que muestran las encuestas ahora, no son garantía de que Kamala Harris gané la elección; sin embargo, sí es clave para entender la preferencia actual de los votantes, cómo ha variado desde la integración de la vicepresidenta y cómo se proyecta a futuro conforme avanza la campaña electoral, presentado un acercamiento al resultado final.