Los balcones de Palacio Nacional han sido por tradición la sede del Grito de Independencia las noches del 15 de septiembre, pero en contadas ocasiones, la ceremonia se ha trasladado (e incluso, se han llevado a cabo de manera simultánea) a otros lugares.
Orígenes
Después del original “grito” realizado por Miguel Hidalgo y Costilla en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 para arengar a la gente a buscar la independencia del gobierno español, la ceremonia se ha realizado incluso antes de consumarse la lucha. En 1812 Ignacio López Rayón y Andrés Quintana Roo replicaron en El Chapitel de Huichapan, Hidalgo, la escena del cura Hidalgo, pero sin grito de por medio, sino con “descargas de artillería y vuelta general de esquirlas, comienza a solemnizarse en el alba de este día el glorioso recuerdo del grito de libertad dado hace dos años en la Congregación de Dolores”.
Ya en 1813, en sus ‘Sentimientos de la Nación’, José María Morelos proponía establecer que solemnizara el 16 de septiembre de todos los años como el día de aniversario. Aunque no se refería a una ceremonia replicando el grito de Hidalgo.
El primer grito conmemorativo
Consumada la independencia, el primer presidente del país, Guadalupe Victoria revivió e instituyó la conmemoración del Grito de Dolores en Palacio Nacional, sitio que ha sido regularmente la sede para el magno evento, salvo en contadas ocasiones.
En 1864, en un país con dos gobiernos, uno bajo el emperador Maximiliano de Habsburgo y otro con Benito Juárez, fue la primera ocasión que hubo dos ‘gritos’ en sedes distintas. En Dolores, Hidalgo el primero y desde la Hacienda de San Juan de la Noria Pedriceña, en Durango, por el gobierno itinerante de Juárez. Resulta muy curioso que el emperador Maximiliano realizara la ceremonia.
Nuevas tradiciones
En 1896, Porfirio Díaz, entonces presidente de México, ordenó que se trasladara la campana usada por Hidalgo a la Ciudad de México, para incorporarla dentro de las celebraciones por la Independencia. En aquel año, para coincidir con el cumpleaños de Díaz, comenzaron el 15 de septiembre con un desfile y la colocación de la campana en el balcón principal de Palacio Nacional. A partir de entonces, se estableció que cada año se repicara la campana.
Todos los presidentes posteriores, hasta Lázaro Cárdenas (1934) realizaron el Grito desde Palacio Nacional. Desde el mandato de Cárdenas y hasta el de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) todos realizaron una de sus seis ceremonias desde la Parroquia de Dolores, al igual que Vicente Fox.
En medio de esas fechas, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, en 1968 el presidente realizó el tradicional Grito desde Palacio Nacional. Aunque también hubo otro en Ciudad Universitaria de la capital pronunciado por Heberto Castillo a manera de discurso en protesta al gobierno en turno y la represión a los estudiantes de ese año tan políticamente agitado y derivando en la tragedia y matanza de Tlatelolco apenas un par de semanas después.
En 2010, Felipe Calderón no sólo realizó el Grito desde Palacio Nacional, sino que al terminar se trasladó a Dolores Hidalgo para realizar nuevamente la ceremonia.