Esta semana celebramos el Día del amor y la amistad. Probablemente a estas alturas de la vida ya no nos cuestionamos el origen de esta fecha, porque estamos más preocupados por encontrar el regalo ideal o por planear un día especial para expresar afecto a nuestras personas más queridas. Sin embargo, creemos que es importante recordar cómo empezó todo y hacer un recuento de cómo ha evolucionado esta tradición que pasó de una conmemoración religiosa a un evento con implicaciones comerciales muy significativas.
Esta celebración se remonta al martirio de San Valentín, un sacerdote romano del siglo III d.C. En ese momento, el Emperador Claudio II buscaba formar un ejército amplio, eficiente y leal, pero consideraba que el matrimonio era un impedimento para conseguir el compromiso total de sus soldados, por lo que lo prohibió. Sin embargo, el Sacerdote Valentín desafió la prohibición y siguió casando a la gente en secreto, hasta que lo descubrieron y encarcelaron. La leyenda que lo relaciona con la celebración del amor surge porque se decía que envió cartas de amor mientras estaba en prisión.
Ese día del amor y la amistad que celebramos hoy se popularizó en los años 40, aunque sus inicios datan del siglo XIX, cuando en Estados Unidos y Reino Unido surgió la costumbre de enviar tarjetas románticas, así como cuenta la leyenda de San Valentín. Después, además de tarjetas la gente empezó a mostrarse afecto regalando flores, chocolates e incluso joyas. Actualmente, las tiendas hacen del 14 de febrero una fecha de compras especiales: usan el día de San Valentín para vender más, promocionando regalos para parejas. El impacto comercial de esta fecha es tal, que en 2019 Arabia Saudita finalmente aceptó su celebración pública.
Como mencionamos al principio, la celebración modesta que inició como una conmemoración de la vida del Sacerdote Valentín, ha evolucionado hasta convertise en un vento comercial significativo: la tradición moderna se asocia con las compras de regalos, que las tiendas y la publicidad no han dudado en capitalizar.
En nuestro país, la tercera parte de las personas gasta en cenas románticas, las cuales son muy apreciadas por la dedicación y planeación que implican. El gasto promedio en estas celebraciones es de 904 pesos. El segundo regalo más popular son las experiencias (16%): se trata de regalos especiales y poco habituales. El costo de este tipo de regalos es más elevado que las cenas: en promedio las personas gastan mil 44 pesos. En tercer lugar encontramos que las personas lo que más regalan en esta fecha es ropa (15%), obsequios muy cercanos al estilo y personalidad de quien los recibe. Las personas gastan en promedio 772 en estos regalos. Al final tenemos a los dos regalos clásicos: flores y chocolates (7%), que por ser los típicos no necesariamente son los más baratos: las personas pueden gastar en promedio 615 pesos en flores y 600 en chocolates.
Aunque a todas y todos nos emociona recibir regalos en esta fecha especial, hay que ver el otro lado, pues el 14 de febrero no sólo es flores y corazones: un estudio de la Universidad de Rochester en Estados Unidos, reveló que San Valentín genera más estrés que festividades como Navidad o cumpleaños, ya que la presión por encontrar el regalo perfecto y experiencias románticas para cumplir con elevadas expectativas. Casi la mitad de las personas reportaron que buscar regalo en esta fecha les produce ansiedad. La cuarta parte dijo que planear los regalos para el día de las madres les causa estrés. Una de cada 10 personas tiene esta sensación cuando buscan regalos para navidad o cumpleaños y apenas 5% dijo que los regalos del Día de Reyes les provocan ansiedad.
¿Quiénes se estresan más en esta fecha? Los más adultos, los Baby boomers, son quienes se toman el 14 de febrero con más tranquilidad (10%). Los segundos más relajados son los más jóvenes de la Generación Z (20%), pues optan por regalos relacionados con las últimas tendencias y tecnologías. El tercer grupo de edad que toma el Día de San Valentín con más calma es la Generación X (25%), pues se preocupan menos menos por encontrar el regalo perfecto y valoran más las experiencias que los detalles materiales. Los más estresados son los Millennials (45%), pues prefieren regalos personalizados que reflejen conexiones emocionales y sigan las tendencias modernas de consumo.
Recordemos que el Día de San Valentín no se limita únicamente a las parejas románticas. Muchas personas también celebran la amistad, intercambiando detalles con amigos cercanos. Este día se convierte en una ocasión para demostrar aprecio y afecto a todas las personas importantes en la vida. A pesar de que algunas personas critican la comercialización asociada con esta celebración, para muchos es una oportunidad para reflexionar sobre el amor en todas sus formas y expresar gratitud hacia aquellos que hacen la vida más especial.